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24 de octubre de 2017

Solo por el soleado, simpático y sabroso sur de Siam

Bego se metió en el taxi camino del aeropuerto, al avión que la llevaría a Donosti durante algo más de tres semanas, y me quedé solo, una extraña sensación tras la convivencia 24/7 de los últimos tiempos. Bueno, habrá que pedalear, me dije.

Para salir de Bangkok todo el tráfico del mundo mundial parecía encontrarse en mi calle. Con ruido, el viento en contra y mucho, muchísimo calor, por lo menos la carretera era buena y llana. Concentrarse y no sentir, que diría Mafalda ante un plato de sopa.

En cuanto pude, abandoné la carretera principal y todo cambió inmediatamente, a los pocos metros: tráfico escaso, relativo silencio, paisaje rural, más contacto con la gente, gente más relajada y sonriente. Llama la atención ver tan cerca de una megaurbe como Bangkok un paisaje tan bucólico con, además de los sospechosos habituales (bananos, cocoteros, mangos, papayas, etc.), un buen número de salinas, bandadas de aves parecidas a cigüeñas y, como en Vietnam, una mezcla de criaderos de marisco y edificios para la recolecta de nidos de pájaro con los altavoces a todo trapo con el priii, piu, piu, priiii de las aves.

9 de octubre de 2017

Tailandia: sobre encuentros, masajes y monarquías

El mal tiempo nos acompañó durante prácticamente todo nuestro último día en Laos, lo cual nos fastidió un tanto las vistas desde el barco que nos llevaba por el Mekong río arriba. Por suerte la lluvia torrencial amainó para el cruce de fronteras a nuestro país 38 de este viaje, cruce que por cierto fuimos obligados a hacer en autobús. Un caro peñazo lo de meter las bicis en el bus, pero tal vez tenga sentido para evitar accidentes: en mitad del puente sobre el que pasas de un país a otro, los carriles se cruzan: en Tailandia se conduce, maldita sea, por la izquierda.

Por lo menos se conduce por buenas carreteras... que en principio es positivo, lógicamente, pero que anima a los conductores a pilotar sus vehículos a toda velocidad. Según la Organización Mundial de la Salud solo Libia tiene más muertes en la carretera en relación a su población; cada año 24.000 tailandeses mueren por accidentes de tráfico en una población total de 65 millones (en España son 800-900 muertos en una población de 46 millones con más vehículos por cabeza). No ayuda que los moteros no llevaran casco, que hasta el año pasado los conductores se pudieran negar a hacer el control de alcoholemia o que, ahora que no pueden negarse, los policías no tengan el aparato para medirlo. La Junta militar -los que gobiernan en este país desde el último golpe de estado- dice que está tomando medidas, habrá que verlo. De momento, nosotros circulamos en cuanto podemos por carreteras con poco tráfico y nunca por la noche, que es cuando los tailandeses, por lo que dicen, se meten de todo y van como locos.